Hemos ido desde la pobre Blancanieves que limpiaba para siete enanos y tenía que ser salvada por un hombre hasta la intrépida Mérida que lucha por demostrar que no necesita a ningún hombre y que hay vida más allá de estar casada; Disney está cambiando.
Hace un rato he terminado de ver Frozen y a parte de las ganas que tengo de jugar con la nieve estoy cada vez más feliz con este cambio gradual de Disney en el que ya no es necesario que el amor verdadero sea de un príncipe o de un comerciante de hielo; no, el amor verdadero también puede ser por parte de tu hermana. Las nuevas 'princesas' Disney son cada vez más independientes y fuertes, son más reales. A pesar de que en los viejos tiempos también había algunos atisbos de independencia o de personalidad en ciertos cuentos (como puede ser la lucha de Mulán o la fuerte personalidad de Meg en Hércules) ahora las princesas están pisando realmente fuerte, ¿será esta una nueva generación de mujeres independientes? ¿estaremos por fin dando a los más pequeños un bien ejemplo?
Sin embargo hay un tema aún muy ignorado por la compañia, los homosexuales. Cierto es que es un tema bien espinoso para tratar pero ¿cuándo encontraremos un cuento en el que la princesa se enamore... de otra princesa? Quizás debamos de darle un poco más de tiempo y confiar en Disney, que de momento lo han hecho bastante bien.
